jueves, 31 de julio de 2008

Dayna Kurtz- Another Black Feather... (2006)


Realmente ya no sé que me queda por decir de esta increíble mujer. He dado todos los datos que he sido capaz de encontrar sobre ella, he dejado enlaces a vídeos, a entrevistas, prácticamente me he entregado en cada uno de los post que le he dedicado, hasta el punto de sentirme como si le hubiera brindado una declaración de amor incondicional. Todo esto hace que sea difícil, muy difícil, escribir un nuevo post sobre Dayna Kurtz, lo fácil sería caer otra vez en la repetición, esbozar una nueva oda a su incombustible voz, a su eclecticismo musical y deshacerme en halagos hacia una artista que está llamada a ser una referencia eterna en la música de nuestro tiempo. Tengo por lo tanto dos problemas: el primero es que no me gusta resultar aburrido y el segundo que no me gustan las cosas fáciles, por lo tanto este post es un verdadero desafío, espero estar inspirado.

En primer lugar parto con una ventaja, si sois lectores asiduos de este blog, no creo que tenga que presentaros a Dayna Kurtz, por ello me ahorraré la cortesía habitual de las presentaciones. Tampoco creo que sea necesario hablar de sus anteriores trabajos, creo que los dos primeros discos de Dayna Kurtz están entre los posts con más comentarios de este blog, lo que indica que han sido muy bien acogidos y que han tenido un enorme éxito de crítica y público. Por ello me veo obligado a hablaros directamente de éste, que es el último trabajo hasta la fecha de Dayna Kurtz, "Another Black Feather...". Tras el éxito de sus dos primeros trabajos, Dayna Kurtz se enfrentó hace un par de años a la responsabilidad de poner en la calle un nuevo disco. Ella sabía que la crítica iba a ser muy exigente con ella, dos discos bien trabajados e inspirados ya no son una mera casualidad, por lo que este tercer disco de estudio generaba una gran expectación entre los críticos musicales y una gran presión en la cantante neoyorquina. Dayna Kurtz resolvió que la manera de salvar esa presión era la honestidad y la sinceridad, quizás lo más fácil (o al menos el camino que habrían tomado otros músicos) hubiera sido hacer un corta-pega de sus dos primeros trabajos, pero ella decidió buscar el aislamiento y la inspiración para extraer todos y cada uno de los sentimientos que se esconden en su interior, y lo hizo abandonando su querida Nueva York y marchándose al desierto de Arizona. Alejada de la multitud y de la vida ociosa de la Gran Manzana, a Dayna no le quedaba más remedio que tocar y componer, disfrutar, y a veces sufrir, el silencio y la soledad que la rodeaban y que le ayudaban, de una forma casi chamánica, a dar forma a su nuevo disco. Si somos capaces de agarrarnos de la mano de Dayna Kurtz mientras escuchamos este disco, podremos respirar el desierto de Arizona en algunas composiciones, un aroma que no encontrábamos en sus anteriores trabajos y que se destapa en composiciones como "Showdown"; una novedad que convive a la perfección con los paisajes cotidianos que acostumbra a dibujar Dayna Kurtz en sus discos. Del country al blues, de la melancolía de la chanson a la fuerza del rock, del descaro cabaretero al intimismo acústico; pocos artistas son capaces de ofrecer más en menos de 45 minutos, pocas cantantes se sienten cómodas en todos estos registros, y lo más importante, nadie, absolutamente nadie, en el panorama musical de la actualidad tiene un tesoro en la garganta como el de Dayna Kurtz, todas éstas son razones más que suficientes para escuchar "Another Black Feather...". El disco está producido, una vez más, por Randy Crafton y cuenta con la colaboración de los siguientes músicos: el bajista Dave Richards, Peter Vitalone a los teclados y acordeón, el cantautor Malcolm Holcombe, Matt Darriau y Frank London, de los Klezmatics; Jorge Alfano al charango, Rob Curto al acordeón, y por último con los miembros de la banda Tarantula AD, Danny Bensi, Saunder Jurriaans y Gregory Rogove. En cuanto a las composiciones, son, de nuevo, soberbias, con un toque de sobriedad allí donde es necesario y con una pizca de desgarro cuando la situación lo requiere; Dayna Kurtz se desnuda de tal manera que en ocasiones nos hace sentir como meros voyeurs, incapaces de hacer nada ante la contemplación de tanta belleza, en ocasiones descarnada y en otros momentos frágil y huidiza.

En definitiva el tercer disco de estudio de Dayna Kurtz, el cuarto de su carrera, es de nuevo una demostración de fuerza y talento, tal vez sea la consagración, como indican muchos críticos, de esta diva de la canción americana; para mí en cambio Dayna Kurtz está en las antípodas de un término como el de diva, su talento la aleja enormemente de la frivolidad y de la lejanía de las que suelen hacer galas las divas, ella es cercana y muestra una sinceridad insusual en los tiempos que corren, y más si cabe en el negocio de la música. Dayna Kurtz es como esa amiga que está tocada por un ángel especial y que siente cierto pudor a reconocerlo, Dayna Kurtz sigue siendo esa artista que todavía se sonroja al escuchar los aplausos de un público entregado y enamorado de su voz y de su talento. Que así sea por muchos años. Dicho esto, os dejo con un video en el que Dayna Kurtz interpreta en un directo acústico uno de los mejores temas de este disco (tenéis que verla en directo, de verdad, hacedme caso), "Nola", su particular homenaje a una ciudad que cuando salió este disco a la calle se enfrentaba a una de las peores pesadillas de su historia, Nueva Orleans; gracias Mr.Bush. Espero que os guste y que lo disfrutéis, es un verdadero regalo para los sentidos. ¿Qué tal lo he hecho?.




DAYNA KURTZ- ANOTHER BLACK FEATHER...

miércoles, 23 de julio de 2008

Alex Chilton- Clichés / Loose Shoes Tight Pussy (2005)


Alex Chilton es toda una referencia en la música de los últimos cuarenta años, algo de lo que muy pocos pueden presumir. Desde niño, Alex Chilton sintió inclinación por la música y enseguida pasó a formar parte de varias bandas en su Memphis natal durante su adolescencia, bandas de instituto sin más trascendencia pero que acabarían inoculando al joven Alex el veneno del rock'n'roll y la música pop de los 60's. La primera banda de Alex Chilton fueron The DeVilles, quienes tras adquirir cierto renombre en la zona contrataron a un manager que tenía muy buenos contactos, es en ese momento cuando deciden entregarse en cuerpo y alma a la música y cambian su nombre por el de The Box Tops. No tardarían en grabar un single titulado "The Letter", con el que alcanzarían el número uno, The Box Tops facturaban un pop con influencias del R&B, los críticos los englobaron en el movimiento denominado Blue Eyed Soul, melodías inspiradas en el soul pero interpretadas por chicos blancos de clase media. La ascensión de la banda fue meteórica y facturaron numerosos temas que les mantuvieron en los primeros puestos de las listas de éxitos, a pesar de ello Alex Chilton no se sentía realizado, su personalidad caótica y anárquica no se veía satisfecha con figurar entre los grupos favoritos de los adolescentes, además el hecho de tener un contrato discográfico con una compañía potente le hacía contraer una serie de obligaciones que no veía con buenos ojos.

Después de dar algunos tumbos, Alex Chilton funda junto a Chris Bell la banda por la que será recordado eternamente, Big Star. La perfecta mezcla de las melodías de reminiscencia beatle con elementos de la psicodelia y la garra de las guitarras eléctricas, darían forma al personal sonido de Big Star y definirían a la perfección el paradigma de un estilo que contaría con numerosos adeptos en el futuro: el power pop. La vida de Big Star fue corta y tan sólo llegaron a grabar tres discos, suficiente para calar hondo en generaciones venideras y convertirse en un icono del rock independiente norteamericano. La carrera de la banda no estuvo exenta de conflictos motivados por la fuerte, y complicada, personalidad de sus dos cerebros; discusiones, rupturas, reconciliaciones y desencantos se sucedían al no verse cumplidas las expectativas comerciales de Big Star, sobre todo las de Chris Bell ya que Alex Chilton siempre ha demostrado estar muy por encima de las cifras relativas a las ventas. Tal vez la diferente manera de entender el negocio de la música de ambos genios fue la que motivó la separación definitiva de Big Star, corría el año 1974, tendría que transcurrir otra década para que se apreciase en su justa medida la importancia de Big Star, quienes han sido considerados clave en la transición del pop de guitarras de los 60's y los nuevos sonidos de los 80's, como la new wave o el tan cacareado rock alternativo.

Entretanto Alex Chilton seguía fiel a su manera de entender la música, un concepto presidido por una única idea: la libertad; esa libertad bipolar a la hora de crear que a veces le ha llevado a callejones oscuros y que en otras ocasiones ha parido momentos de una belleza inigualable. El carácter anárquico de Alex Chilton encajó perfectamente en la escena punk neoyorquina de los 80's y le llevó a convivir con todo tipo de aves nocturnas, embarcándose en un sinfín de proyectos, algunos de ellos cuajaron, otros se quedaron en sueños de borrachera que se desvanecieron con la resaca del día siguiente. También comenzó sus andanzas como productor, las cuales han dado resultados muy desiguales, merece la pena reseñar su trabajo con los primeros Cramps y, años más tarde, su confianza en un grupo de chalados que se empeñaban en sonar a chatarra, The Gories, referencia indispensable del garage y del rock'n'roll de los 90's. En cuanto a su carrera como compositor, Alex Chilton ha editado una docena de discos en solitario desde 1975 hasta el presente, entre ellos hay trabajos más que prescindibles, otros mediocres y algunos muy dignos. En cierta manera no ha sabido retomar el rumbo que señalaba aquella brújula mágica que manejó junto a Chris Bell en Big Star, por otra parte es difícil moverse en el negocio de la música cuando directamente reniegas de él y de todo lo que representa; todo ello ha hecho de Alex Chilton un artista difícil de catalogar y de entender, un "maldito" que es responsable directo de buena parte de los derroteros que ha tomado la música pop en los últimos treinta años.

El disco que encontráis en este post es una edición del año 2005 que reúne en una misma caja, en formato de doble CD, dos grabaciones de este período en solitario de Alex Chilton: "Clichés", originalmente grabado en 1994, y "Loose Shoes Tight Pussy", que data de 1999. Ambos discos no son del agrado de la crítica, pero a mí me gustan especialmente, sobre todo el primero de ellos, en el que Alex Chilton repasa, a su manera, algunos de los más conocidos standards de la música popular estadounidense, muchos de ellos popularizados por músicos de la talla de Chet Baker o Nina Simone, e incluso se atreve con una composición del mismísimo Bach. Una atmósfera romántica y algo depresiva invade este disco y nos muestra a un músico tan ecléctico como inspirado, sobre todo en su personal manera de enfrentarse a clásicos de la envergadura de "My baby Just Cares For Me" (deliciosa la guitarra de Chilton y su manera de pellizcar las cuerdas); un trabajo que muestra a un creador haciendo el disco que le apetece, un disco enteramente acústico, sin preocuparse por las facturas de la luz o por la cantidad de ceros de su cuenta corriente. El segundo disco, "Loose Shoes Tight Pussy", es también un disco de versiones, pero en este caso con una banda acompañándole y con la electricidad fluyendo a lo largo de todas las pistas. Esta grabación tiene una orientación más cercana al soul y al pop y cuenta con grandes momentos, como el tema que abre el disco "I've Never Found A Girl"; no obstante da la sensación de ir desinflándose a medida que van desgranándose los temas. En resumen, se trata de dos discos que muestran el trabajo de Alex Chilton en los últimos 10 años, dos discos exclusivamente de versiones que plasman el ideario y el repertorio de un músico ecléctico y versátil, un artista que no entiende de reglas ni de convenciones, una personalidad única en la historia de la música pop.

De regalo os dejo un interesante y completísimo artículo sobre la vida y milagros de Alex Chilton aparecido en la página web de Perfect Sound Forever, eso sí, está en lengua bárbara así que a desempolvar los diccionarios de inglés y a rememorar las clases del instituto que tan buenos resultados nos han dado y que tantas puertas nos han abierto, bueno, eso o a utilizar el Babel Fish de Yahoo que cuesta menos esfuerzo aunque no sea perfecto... Espero que os guste.

Artículo sobre Alex Chilton en Perfect Sound Forever


ALEX CHILTON- CLICHÉS + LOOSE SHOES TIGHT PUSSY

viernes, 18 de julio de 2008

Midlake- The Trials of Van Occupanther (2006)



¿Quién dice que ya no se hacen buenos discos de pop? Debe de ser alguien que no ha escuchado “The Trials of Van Occupanther”, el segundo trabajo de Midlake; un excelente disco que, partiendo de unas coordenadas próximas a los sonidos de los 60’s y los 70’s, consigue crear un conjunto de una gran coherencia, capaz de ofrecer momentos de una enorme belleza.

Midlake se forma en la ciudad texana de Denton en el año 2000, resultado de la amistad de un grupo de estudiantes de jazz de la "University of North Texas" compuesto por: Paul Alexander (bajo, teclados), Eric Nichelson (teclados, guitarra), Eric Pulido (guitarra, teclados, voces), Tim Smith (voz solista, teclados, guitarra), y Mckenzie Smith (percusión). Un año más tarde autoeditan su primera grabación, se trata del E.P. “Milkmaid Grand Army”, el cual se encargarían de promocionar y vender durante sus giras. De este primer trabajo llegarían a venderse más de 1000 ejemplares, una cifra nada desdeñable, la cual, unida a la calidad y la solvencia que demostraba la banda tanto en el estudio como sobre el escenario, llamó la atención de Simon Raymonde, el que fuera bajista de The Cocteau Twins, y que se encargaría de las tareas de producción en la puesta de largo de Midlake. El primer LP de Midlake llevará por título“Bamnan and Silvercock” y verá la luz en el año 2004 en el sello británico Bella Union, se trata de un disco con un sonido primitivo, cercano a los dogmas del lo-fi, tan de moda a finales de los 90’s y durante los primeros años del nuevo milenio. El debut de Midlake no dejó indiferente a nadie, muchos alabaron su estilo amateur y elogiaron sus maneras, próximas a la primera psicodelia, aquella que cambió la manera de entender la música hacia 1966 y 1967, los ecos de clásicos como “Pet Sounds” o “Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band” se dejan oír en “Bamnan and Silvercock” aderezados con unas letras cargadas de costumbrismo, surrealismo, ingenio y un particular sentido del humor que hicieron de éste un debut muy prometedor.

Dos años más tarde Midlake se enfrentan a su segundo disco, ardua tarea para toda buena banda que se precie, y lo hacen con una propuesta valiente, ya que dejan de lado la clara inclinación por la temprana psicodelia y se acercan a sonidos más propios de la siguiente década, los 70’s. “The Trials of Van Occupanther” es un disco que se acerca a los sonidos del sosegado rock de los 70’s y a los aires folkies de algunos trovadores y baladistas de la citada década, muchos críticos han comparado el sonido de este disco con algunos álbumes de la banda America, de hecho hay quien dijo, en un tono irónico, tras escuchar este segundo LP de Midlake que era el mejor disco que America había grabado a lo largo de su dilatada carrera. La voz de Tim Smith suena cristalina, apenas quedan huellas que nos hagan pensar en una banda de lo-fi, al contrario, el timbre y las notas que salen de su garganta nos hacen pensar en monstruos de la talla de Jeff Buckley o Rufus Wainwright, aunque Tim Smith muestra un tono más íntimo, lejos del aire operístico revestido de divo del que hace gala Wainwright o de los desgarros emocionales de Buckley; la voz de Midlake es más cercana, más humana. Los arreglos del disco son excepcionales, desde las guitarras, hasta los metales, pasando por los teclados o los sintetizadores, todos los instrumentos demuestran el buen hacer de estos músicos, nadie se atreverá ahora a afirmar que suenan como un grupo de principiantes, tal y como se dijo en alguna crítica malintencionada a su primer trabajo. “The Trials of Van Occupanther” es exactamente el disco que Midlake necesitaba para auparse a los puestos de las bandas más prometedoras del panorama del pop actual, es el disco que querían hacer y se nota en todos y cada uno de los temas, desde las fantásticas voces que abren el disco en “Roscoe” hasta el frágil intimismo de temas como “Bandits” y sobre todo “Chasing After Deer”, que es tal vez mi favorita del disco. Es un disco que mantiene un tono casi perfecto, sin altibajos ni momentos prescindibles, todas las notas están en su sitio y todos los arreglos han sido tratados con un mimo casi artesanal.

Personalmente, no estoy muy de acuerdo con aquellos que señalan la fuerte influencia de America en este disco, creo que bebe de muchas fuentes y que no abandona del todo el espíritu pre-psicodélico que apuntaban en su debut, que nada tiene que ver con ese rock para adultos, realmente tedioso, que fabricaba la citada banda y supuesta influencia de Midlake. En cualquier caso me parece un disco fantástico, poseedor de un ingenio fuera de lo habitual en un panorama tan dado a la repetición y a los clichés como es el de la música pop actual, afortunadamente aún quedan bandas como Midlake que dotan a este páramo musical de una frescura y una creatividad más que necesarias. Dejad a un lado vuestros prejuicios y disfrutad de un disco con mayúsculas, espero que os guste.


Página web oficial de Midlake
Entrevista a Midlake en Supernovapop


MIDLAKE- THE TRIALS OF VAN OCCUPANTHER

miércoles, 9 de julio de 2008

Hasta siempre Sergio



Un humilde homenaje desde un humilde blog. Un abrazo Sergio, estés donde estés.

EL PAIS
EL MUNDO
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN
HERALDO DE ARAGÓN
PÚBLICO

lunes, 7 de julio de 2008

Dayna Kurtz- Postcards From Downtown (2003)


Hola a todos de nuevo. Una vez acabado este primer período vacacional, en el que por cierto ha llovido y mucho, retomo la nave donde la dejé, agradeciéndoos una vez más vuestras visitas y vuestros comentarios. Los blogs no tienen sentido sin visitantes (en caso contrario nos encontraríamos ante una extraña mezcla de onanismo dialéctico al servicio de una conducta cybernarcisista, ¿existe eso, doctor?) y hay que estar muy pendiente de vuestras opiniones, quejas, impresiones y pareceres; es por ello que hoy vuelvo al ruedo con este disco, ya que el anterior trabajo de Dayna Kurtz que apareció por este blog es el post con más comentarios hasta la fecha y, afortunadamente, todos son muy positivos.

"Postcards from Downtown" es el primer trabajo de estudio de Dayna Kurtz, un disco que dejó boquiabiertos a muchos críticos y que fue valorado como uno de los mejores trabajos del año 2003. Es la tarjeta de presentación de esta mujer que está llamada a ser, si no lo es ya, uno de los grandes nombres de la música de nuestro tiempo, una gran dama que sabe combinar perfectamente los ingredientes necesarios para facturar discos de una belleza estremecedora. Diez temas propios, ni una sola versión, coronan un disco que roza la perfección y que, a pesar de algunas referencias, demuestran que esta mujer posee una personalidad extraordinaria y arrebatadora, aparte de una voz única que debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Personalmente me resulta complicado hablar de Dayna Kurtz ya que enseguida me deshago en elogios hacia ella y pierdo cualquier resquicio de objetividad, por ello os voy a dejar con una reseña de Ophelia Management, en la que se repasa su trayectoria; es la típica información que se hace llegar a los promotores de conciertos con el fin de que contraten a los artistas que ellos representan, a mí desde luego me convencerían de inmediato.

" Sé cómo encajar toda clase de ofertas despiadadas... ("Postcards From Downtown")

Si alguien nos pidiese que citásemos un artista que abarcase en su obra todo lo mejor de la música del siglo pasado, no lo deberíamos dudar ni un segundo: Dayna Kurtz.
¿Cómo es posible? Ella diría que Postcards From Downtown es su primer álbum, aunque, si se indaga un poco más, podríamos discutirlo. Hay seguidores que guardan celosamente alguna grabación en directo; otras se pueden encontrar en páginas de subastas de Internet. Parece ser que existen, también, diversas casetes de sesiones registradas con distintos músicos y productores como Bob Power (D'Angelo, Me'shell N'degeOcello, Erykah Badu) o Craig Street (Cassandra Wilson, Joe Henry, kd Lang). Además, en la propia web de la cantante hay a la venta una grabación de un recital titulado Otherwise Luscious Life.
Todo esto quiere decir que Dayna Kurtz no es una recién llegada. Es más, lleva más de diez años dando conciertos y siguiendo la estela de los músicos de antes de que apareciera el registro sonoro: dar a conocer sus canciones y exponerlas al público. La edición de discos ha sido, hasta ahora, secundario, ni tan siquiera una meta.
Esta mujer, que se define a sí misma como un "animal de carretera" ha pasado esta última década conociendo las pequeñas salas de conciertos de su país y sus ciudades, recorriéndolo en coches de segunda mano y enfrentándose a audiencias ruidosas que no sabían quién era, pero a las que conseguía acallar desde la primera canción. Ha hecho giras sola y abriendo para otros artistas como Chris Whitley, Richie Havens, B.B. King o Ladysmith Black Mambazo.
Ya en 1997, sus compañeros, alertados por lo que se avecinaba, la eligieron mejor compositora del año y la compañía Bug Music (Johnny Cash, Ryan Adams, Buddy Guy, Los Lobos, Wilco) se hizo con los derechos de edición de sus canciones, aunque ella prefirió seguir con sus recitales o retirada en el molino en el que vive y encuentra inspiración, en una ciudad al norte del Estado de Jersey.
Si representa tan bien la música del último siglo, es porque su voz tiene el calor y el compás de las viejas divas del jazz, como Billie Holiday, Betty Carter o Nina Simone, del blues, como Bessie Smith, o del soul, como Aretha Franklin. A ello se le debe añadir el efecto dramático que sólo Tom Waits o Marianne Faithfull poseen, la belleza de los textos de Suzanne Vega, el ingenio poético de Leonard Cohen, la intensidad de Jeff Buckley y Van Morrison, ecos de Patti Smith, Laura Nyro, Joni Mitchell.
Pero, por mucho que evoque a otros, Dayna Kurtz no suena a nadie más. Además, es una excelente guitarrista, intercalando sus textos en unas melodías a ratos lánguidas, en otras ocasiones desgarradas. En los últimos tiempos le ha añadido a sus canciones el color de una guitarra slide, con lo que sus canciones se han reforzado.
En Postcards From Downtown, el álbum que la presentó en sociedad ya hace tiempo, despliega todo su arsenal. Desde el estribillo lleno de rabia de "Miss Liberty" al emocionante blues de "Last Good Taste", del contagioso vals "Fred Astaire" a la balada country "Just Like Jack", Dayna Kurtz utiliza su amplio registro vocal y su desbordante guitarra para mostrarse en todo su esplendor.
Hasta entonces Dayna Kurtz era el secreto mejor guardado de la música americana, pero con Postcards From Downtown el secreto se reveló en toda su magnitud a todo aquel que quiso descubrirlo. Lo que hace de este disco algo tan especial no es sólo su voz y su guitarra, sino su habilidad para contar historias y para escoger los instrumentos adecuados para que emitan los sonidos más adecuados en el momento justo. Lo que sitúa a Postcards From Downtown en una liga diferente es que, como las mejores novelas negras americanas, puede olerse, saborearse y sentirse.
Está impregnado de peligro, sexo voraz y personajes desquiciados que protagonizan cada una de sus postales dando vida a un paisaje de confusión doloroso. La tensión que se apodera de la atmósfera desde que suena el violonchelo de la canción que lo abre, "Fred Astaire", nunca decae. Los protagonistas de sus canciones se muestran desesperados, buscando alguien o algo a lo que agarrarse, aunque la mayor parte del tiempo sólo consiguen asirse al fino aire. Algunas veces, incluso acaban ahogándose con sus botas puestas, como en "Somebody Leave A Light On."
Postcards From Amsterdam, un DVD que incluye una actuación ofrecida en la Sala Paradiso de Ámsterdam, fue editado a continuación. El recital fue grabado por técnicos holandeses -conviene recordar que, hasta el momento, ése es el país en el que mejor respuesta encuentra- y, junto a sus habituales Dave Richards al bajo y Randy Crafton a la batería, aparece el músico holandés Roel Spanjers tocando teclado y acordeón.
Para su segundo disco oficial, Beautiful Yesterday, Dayna Kurtz acudió tanto a las canciones compuestas por ella, emocionantes una vez más, como a las versiones de gente tan distinta como Leonard Cohen, Prince o Billie Holiday. En todas, tanto las que mejor salen paradas del envite como aquellas que le quedan más lejanas, sorprende, y eso es algo de lo que pocos artistas pueden presumir. Por lo tanto, parece viva la llama de contar con amigos, conocidos y autores de verdad, lejos de los oropeles, y seguir siendo el secreto más estimulante de la música norteamericana actual sólo al alcance de quien va más allá.
Después llegó el turno de "Another Black Feather", su tercer y último disco, en el que la profundidad y el color de su voz emocionan con nuevos paisajes sonoros que van del drama a la lírica poética, pasando por los espacios abiertos y por claroscuros urbanos, en un abanico que va de la canción de autor a la balada de inspiración country. Una voz que supera todas las etiquetas. Sobrecogedor. " (OPHELIA MANAGEMENT)

Espero que disfrutéis con este disco, canciones como "Love Gets In The Way" (creo que nunca me cansaré de oír esta canción, simplemente es una de las cosas más bellas que he oído en mi vida), "Postcards from Downtown" o "Last Good Taste", están entre mis favoritas y forman parte del repertorio musical que me llevaría a una isla desierta. Ojalá os guste tanto como "Beautiful Yesterday".

ENTREVISTA A DAYNA KURTZ EN MONDO SONORO



DAYNA KURTZ- POSTCARDS FROM DOWNTOWN